Estás en las costuras de mi cuerpo.

Para mí todo funciona con la confianza. La gente sigue las indicaciones de un médico, porque confía en la ciencia y en ese médico. La gente vive y duerme tranquila en su casa, porque confía en el arquitecto que la hizo. La gente se sube a un avión, porque confía en los ingenieros que lo hicieron y en el piloto que lo maneja. Cualquier proyecto de dos o más personas se basa en la confianza que tenemos en los demás. El amor se basa en la confianza. Todos somos desconfiados, por naturaleza, es nuestra manera de protegernos. Hay que ser suave para ganarte la confianza de alguien, suave y paciente. La confianza se hace de a dos. Es tan difícil construirla confianza, y es tan fácil perderla.

Dicen que si una pareja cierra un candado, lo deja atado al punte y tira la llave al agua... no habrá manera de que se vuelvan a separar

Mi abuela tenía una teoría muy interesante; decía que todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos. Necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla.Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.

Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces. Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces. Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios. Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir. Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de Dios. Nadie deja de arder con fuego dentro. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo  propone..

En realidad no sé como comenzo todo, sucedió de una manera tan extraña. Te conocí de la forma menos esperada, nunca pensé que aquel día llegara a ser el más feliz de mi vida. Y todo aquello que comenzó como un juego pronto se convirtió en un sentimiento mucho mas grande. Cuando no estabas no sabes lo sola que me sentía y no tenía caso seguir conectada y solo podia extrañarte y pensarte. Precisamente es esto lo que me ha paso en estas largas horas ..

Todos estamos llenos de infinitas sensaciones en el trascurso del día, sensaciones muchas veces causadas por recuerdos, minúsculos o grandiosos, en este momento me invade una sensación extraña ..Claramente  todo depende del enfoque que se le dé, algunas suelen debilitarte, & te vuelven vulnerable, totalmente sentimental. Cuando recordamos es una reacción en cadena de infinitas emociones que sólo te confunden, llegando a las profunda depresión o todo lo contrario, risas, felicidad y satisfacción.