En un momento dado, el cerebro tiene 14 billones de neuronas circulando a 725 kilómetros por hora. No controlamos ni la mayoría de ellas. Cuando nos entra frío, carne de gallina, cuando nos excitamos, adrenalina. El cuerpo sigue de manera natural sus impulsos, y creo que es el motivo principal por el cual nos es tan difícil controlarlo. Por supuesto, a veces tenemos impulsos que preferimos no controlar, que más tarde hubiéramos preferido hacerlo. El cuerpo es el esclavo de sus impulsos. Pero lo que nos hace humanos es lo que podemos controlar. Después de la tormenta, después de las ráfagas, después de que el punto álgido del momento haya pasado, podemos guardar calma y dejar atrás las confusiones que hemos sufrido. Podemos intentar dejar pasar lo que haya pasado, una y otra vez...y esperar con paciencia volver a la normalidad...
pd: Te extraño !
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